jueves, 30 de julio de 2009

UNA SANTA MEXICANA Y DE GUADALAJARA SANTA MARIA DE JESUS SACRAMENTADO FESTIVIDAD LITURGICA: 29 DE JULIO


Etimológicamente significa “princesa de las aguas”, en lengua siria, y “espejo”, en lengua hebrea.

María Navidad Venegas de la Torre, vino al mundo en el año 1868 en un poblado del municipio de Zapotlanejo, Jalisco (México) el 8 de Septiembre de 1868 fue la Décima segunda hija de un matrimonio muy cristiano constituido por don
Doroteo Venegas Nuño y María Nieves de la Torre Jiménez, la bautizaron con el nombre de María Natividad.
Fue bautizada el día 13 del mismo mes por el Sr. Cura de Zapotlanejo, don José María de Anda. Recibió la confirmación el 24 de noviembre de 1872.
. Lo que llama la atención de esta joven es su sencillez, su apertura a todos.
A los 19 años, sintió la llamada de Dios para la vida religiosa. Y efectivamente, este deseo se vio cumplido cuando entró en la Asociación de las Hijas de María.

Una vez que hace su profesión religiosa, su trabajo primero fue cuidar a los enfermos en el hospital. Su trabajo de enfermera fue un servicio de alegría y de caridad para con todos los que necesitaban de sus servicios sanitarios y espirituales.
Tenía una atención especial con los obispos y sacerdotes porque veía en ellos la figura de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote.
En 1921, la nombraron superiora general. Poco tiempo después escribió las Constituciones de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, aprobadas en 1930. Al hacer su profesión perpetua se puso por nombre María de Jesús Sacramentado.

El 30 de Julio de 1959 entregó su alma al Creador, llena de paz, después de recibir los auxilios sacramentales. El milagro reconocido para su Canonización pertenece al Sr. Anastasio Ledezma Mora, que fue llevado al Hospital del Sagrado Corazón para someterlo a una operación quirúrgica. Después de la anestesia, se manifestó una lentitud cardíaca, que aumentó gradualmente hasta finalizar en un paro total del corazón y de las arterias. Enseguida se intentaron terapias de reanimación aunque en vano, por lo que el enfermo cayó en coma profundo.

Los médicos enfermeros que estaban en el quirófano, así como la esposa del enfermo y las hermanas (Hijas del Sagrado Corazón), invocaron la intercesión de la Beata María de Jesús Sacramentado. Después de 10 o 12 minutos, las palpitaciones se restablecieron y más allá de lo que los médicos esperaban, el enfermo no sufrió ningún daño en el cerebro; a los pocos días fue sometido a una hemicolectomía con colostomía definitiva sin complicación alguna. Se tuvo como admirable la reanudación de los latidos del corazón gravemente interrumpidos.

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